Luego de que cuatro jugadores de Vélez fueran denunciados por abuso sexual hacia una joven periodista de Tucumán, se llevó a cabo una audiencia clave, donde Sebastián Sosa, Abiel Osorio, Braian Cufré y José Florentín tuvieron la oportunidad de brindar su versión de los hechos que tuvieron lugar en la madrugada del pasado 3 de marzo y por los cuales podría recaer sobre ellos una pena máxima de 20 años de prisión.
A la espera del avance de la investigación, el juez de garantías definió dictar prisión domiciliaria por 90 días para tres de los futbolistas: Osorio, Florentín y Cufré, quienes deberán quedarse en Tucumán; mientras que Sosa permanecerá en libertad.
Si bien la denunciante no estuvo presente físicamente, su testimonio se dio vía Zoom y estremeció a todo el mundo con un duro relato sobre lo que sucedió en esa noche. Vale recordar, que por cuestiones de seguridad y para seguir con normalidad la causa, no se da a conocer el nombre de la víctima.
El duro relato de la joven abusada
“Primero que nada voy a arrancar diciendo que para mí esto va a ser mi prisión, porque mi vida es un infierno y una cárcel desde hace tres semanas, me parece una locura. Yo tengo miedo de que se fuguen. Los medios económicos los tienen y las posibilidades también. No me parecería justo que ellos pasen lo que queda del juicio en una casa, en un country, con pileta, con un arco de fútbol pasándola bien cuando mi vida es un infierno hace tres semanas.
Yo no puedo ir a ningún lado sola. Me han filtrado la cara por chats de parte de ellos. Ese celular no es mío, los mensajes no salen de mi celular tampoco. Me han filtrado el domicilio. Me han filtrado el DNI, el nombre y todo. No puedo ir sola, ni siquiera comprar un libro al shopping por la mirada de la gente. Los comentarios que me han llegado han sido aberrantes. No solamente me han quitado la dignidad, la sexualidad, me han quitado la carrera, los sueños, la felicidad, la sonrisa y sobre todo, las ganas de vivir pero sigo viva y sigo más fuerte que nunca y yo por eso voy a denunciar para que se haga justicia.
Yo acepto voluntariamente ir a un hotel con cuatro personas, poniendo textual que no se desubiquen, yo en ningún momento digo sí ‘fiesta loca para todos’. Nunca fueron mis palabras. Me quisieron desacreditar con la frase en el mensaje que yo estas cosas las hago sola, yo me refiero a que yo siempre, siempre que tengo un trato con un futbolista, sea para que me pasen el equipo, para que me pasen las formaciones, para que me cuenten las internas, para tomar algo, para tener una cita, para salir, para lo que sea, yo me maneje sola, y en privacidad.
Tucumán es muy chico y yo nunca en mi vida he querido que mi vida deportiva, mi vida periodística, mi vida privada, lo que sea, se confunda con este hecho, como hacen creer acá. Yo di mi consentimiento para ir voluntariamente, pero todo lo que pasó después no estuvo consentido. Yo acepté ir espontáneamente todo lo que sigue después no lo acepto.
Es al otro día a la tarde cuando tengo la cabeza en frío, la mente en frío y me empiezo a acordar de lo que me habían hecho. Ahí mi cabeza era otra y yo dimensiono lo que me hicieron. Y un detalle no menor, Sosa me chatea en dos momentos. Me empieza a decir Sebastián Sosa, que en mi recuerdos son de verlo dormido, que él me ve bien, que yo siempre estuve bien, ¿entonces, en qué quedamos? o él me veía, era un espectador de lujo de lo que me hacían las otras tres personas, en momentos alternados, o él dormía, como en mis recuerdos de que él dormía”.