Israel enfrenta llamados a un alto al fuego permanente tras la muerte de miles de civiles palestinos. Casi el 85% de los 2,3 millones de habitantes de Gaza tuvieron que abandonar sus casas dentro del diminuto territorio asediado, donde según la ONU no hay un lugar seguro al que huir.
Organizaciones de ayuda alertaron sobre la «apocalíptica» situación humanitaria en Gaza, con riesgos de una explosión de enfermedades infecciosas y de hambruna.
Estados Unidos volvió a prestar un apoyo vital a la ofensiva en los últimos días, al vetar un intento del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para poner fin a los combates que gozaba de amplio apoyo internacional, y al impulsar una venta de emergencia a Israel de municiones para tanques, por valor de más de 100 millones de dólares.
Washington ha prometido un apoyo inquebrantable al objetivo de Israel de aplastar la capacidad militar y de gobierno de Hamas para evitar que se repita los ataque del 7 de octubre pasado, que desencadenaron las hostilidades.
Ese día, milicianos del movimiento islamista palestino Hamas y de otros grupos armados de Gaza irrumpieron en el sur de Israel, mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a unas 240 -incluyendo a una veintena de argentinos-, de las cuales más de 100 fueron liberadas durante un alto el fuego de una semana a fines del mes pasado, mediado por Qatar.
Desde entonces, una ofensiva aérea y terrestre israelí en Gaza ha dejado más de 17.700 palestinos muertos, la mayoría mujeres y niños, y forzado el desplazamiento de otros 1,9 millones. La región sufre escasez de comida, agua y otros productos vitales, ya que solo entra ayuda a cuentagotas y su distribución es imposible en gran parte de ella.
El secretario general de la ONU, António Guterres, quien la semana pasada invocó un poder rara vez utilizado para pedir un alto el fuego, volvió a advertir que se asiste a «un grave riesgo de colapso del sistema humanitario».
«La situación se está deteriorando rápidamente hasta convertirse en una catástrofe con implicaciones potencialmente irreversibles para los palestinos en su conjunto y para la paz y la seguridad en la región», dijo Guterres en el foro de Doha, en Qatar.
«La situación se está deteriorando rápidamente hasta convertirse en una catástrofe con implicaciones potencialmente irreversibles para los palestinos en su conjunto y para la paz y la seguridad en la región»António Guterres
En el mismo foro, el primer ministro de Qatar, jeque Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, dijo que su país continuaban los esfuerzos de mediación para lograr un nuevo alto el fuego.
«Nuestros esfuerzos como Estado de Qatar, junto con nuestros socios, continúan. No vamos a rendirnos», declaró el en el Foro de Doha, aunque añadió que los ataques israelíes «reducen» las posibilidades de lograrlo.
El asesor de seguridad nacional de Israel, Tzachi Hanegbi, dijo al Canal 12 de la televisión israelí que Estados Unidos no ha fijado ningún plazo para que Israel logre sus objetivos de desmantelar a Hamas y devolver a casa a todos los rehenes.
«La evaluación de que esto no se puede medir en semanas es correcta, y no estoy seguro de que se pueda medir en meses», dijo.
La ofensiva se centró al principio en el norte de la Franja de Gaza, donde barrios enteros de grandes ciudades han quedado completamente arrasados y de donde huyeron cientos de miles de personas, y luego de fue ampliando hacia el sur, forzando éxodos continuos de palestinos varias veces desplazados.
En el tercer mes de operación, no obstante, fuertes enfrentamientos continuaron en el norte del territorio, en el barrio de Shujaiyah de Ciudad de Gaza y en el campamento de refugiados de Jabaliya, una densa área urbana donde viven palestinos huidos de lo que es hoy Israel durante la guerra de 1948 que siguió a su fundación.
Residentes de Shujaiyah dijeron a la cadena de noticias qatarí Al Jazeera que los muertos y heridos quedaron en las calles porque las ambulancias ya no podían llegar a la zona, donde francotiradores y tanques israelíes se habían posicionado entre los edificios abandonados.
Al mismo tiempo, fuerzas israelíes estrecharon su cerco en el sur de la Franja de Gaza, donde miles de civiles han huido en busca de refugio de los bombardeos y los intensos combates con los milicianos de Hamas.
El movimiento islamista afirmó que Israel lanzó este domingo una serie de «ataques muy violentos» contra la ciudad sureña de Khan Yunis, adonde las tropas ingresaron la semana pasada, y en la carretera que va de allí hacia Rafah, en el extremo sur del territorio, cerca de la frontera con Egipto.
El Ministerio de Salud de Gaza dijo que 62 cadáveres fueron trasladados el sábado a la noce al Hospital Nasser de Khan Yunis.
En Ciudad de Gaza, la agencia de noticias AFP dijo que miles de personas se refugiaban en el Hospital Al Shifa, el más grande de la Franja, que dejó de funcionar y está parcialmente destruido tras un ataque israelí el mes pasado.
Cientos de carpas fabricadas con restos de tela y plástico cubrían los patios y jardines del hospital entre los muros colapsados.
En el centro de Gaza, las autoridades sanitarias de Hamas indicaron que 71 cadáveres fueron llevados al hospital Mártires de Al Aqsa en Deir al-Balah, justo al norte de Khan Yunis.
El Ejército israelí dijo que 93 soldados han muerto en la campaña terrestre en Gaza lanzada a fines de octubre luego de tres semanas de bombardeos, con otros dos heridos en un fallido intento de rescatar a los rehenes la noche del jueves.
Hamas aseguró que el rehén, Sahar Baruch, de 25 años, murió en la operación.
La información fue confirmada por su comunidad en el kibutz de Beeri, en Israel, duramente golpeado en el marco de los ataques múltiples perpetrados por Hamas en territorio israelí del 7 de octubre pasado.