Comenzó el juicio contra el podólogo acusado de envenenar y matar a su esposo Roberto Alfonso Aquiles Guzmán Jaque y, frente al Tribunal, Guillermo Germán Berjeli reconoció que manipuló los sueros, pero dijo ser inocente.
Este lunes se dio inicio en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOCC) Nº5 porteño el juicio contra el podólogo acusado asesinar en 2020 a su esposo con suero envenenado durante su internación en un sanatorio del barrio porteño de Recoleta.
En la primera audiencia el hombre de 47 años, quien se encuentra detenido en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, admitió que “manipulaba los sueros que le ponían a su pareja por otros que contenían solución fisiológica y que habían sido bendecidos por un cura”.
Berjeli llegó a juicio acusado del delito de homicidio cuádruplemente agravado por el vínculo, por haber sido cometido con alevosía, por el suministro de veneno y por codicia, que prevé como única pena la prisión perpetua.
Las autoridades judiciales destacan que se trata de un caso complejo ya que no se llevó a cabo la autopsia debido a que el imputado “logró que el cuerpo sea cremado a las 48 horas del deceso y antes de que se iniciara la investigación penal con la denuncia formulada por la familia y el Sanatorio Anchorena, donde ocurrió el hecho”.
Ante el tribunal, integrado por la jueza Cinthia Oberlander y sus colegas Adrián Pérez Lance y Juan Manuel Grangeat, el podólogo sostuvo: “No se me ocurriría matar a nadie, ni siquiera a un animal”.
Asimismo, dijo que fue la madre de la víctima quien decidió la cremación y las dos horas de velorio: “Yo no estaba de acuerdo”.
Ante la acusación de que había matado a Guzmán Jaque por cuestiones económicas, Berjeli marcó que siempre tuvo dinero y que ganaba bien, y que, si bien cobró como viudo el seguro de vida, sostuvo que lo hizo porque su suegra “no tenía cuenta en el país y aseguró que luego le transfirió ese dinero a la mujer”.
Ante las preguntas del fiscal Fernández Buzzi sobre cuál era la sustancia que llevaba al centro médico, el imputado dijo que era “solución fisiológica para limpiar lentes de contacto” que había en su casa y que la había hecho bendecir “por un cura” en una ceremonia realizada en una parroquia de Villa Crespo.
“No sé si alguna vez me vieron sacando el suero, pero no era nada malo. Además, yo me ponía el líquido en las manos y le mojaba así las piernas, los pies, los brazos”, relató.
Luego, remarcó que su esposo tomaba estupefacientes y consumía bebidas alcohólicas en grandes cantidades pero que no había querido decirlo antes para “no hablar mal de un muerto”.
Quienes también declararon fueron el hermano de la víctima y personal médico del hospital.
Caso
De acuerdo a la acusación, el podólogo se casó con su pareja, ciudadano chileno, el 16 de septiembre de 2019 y ambos convivieron en un inmueble de la calle Thames al 100, barrio porteño de Villa Crespo.
A tres meses del casamiento, Guzmán Jaque sufrió una descompensación que concluyó con una internación en el Sanatorio Anchorena, con un cuadro de deterioro del sensorio, insuficiencia renal, desorientación, trastorno en la marcha y alteración en el habla.
Si bien la víctima era portador del VIH, los médicos que lo trataron informaron que se encontraba bajo control y que poseía una carga viral indetectable.
Luego de 27 días de internación en terapia intensiva, el hombre falleció el 12 de enero de 2020 en el centro médico privado de la calle Anchorena al 1800.
Pocos días antes, una enfermera se había percatado de que se habían cambiado los sueros que ella había colocado.
Tras alertar a las autoridades, la jefa de la unidad de terapia intensiva solicitó los videos de la sala donde la víctima estaba internado, que fueron remitidos luego de la muerte de la víctima.
En las imágenes se observó que el podólogo “manipuló o intercambió trece veces durante diez días consecutivos los sueros de su esposo por bolsas que traía en una mochila”.
Esta situación la llevó a realizar la denuncia, cuya investigación estuvo a cargo del titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°19, Diego Javier Slupski, y del titular de la Fiscalía N°44 del mismo fuero, el fiscal Pablo Recchini.
Para la fiscalía, Guillermo Germán Berjeli mató a Roberto Alfonso Aquiles Guzmán Jaque con el fin de quedarse con una herencia de más de 300 mil dólares.