Tras lo sucedido con Martín Menem y Victoria Villarruel sobre el aumento de las dietas de diputados y senadores —que en pocas horas anunciaron y retrotrajeron— Javier Milei se subió el sueldo un 12%. Fue a través del decreto 206/24, del 28 de febrero, que firmó junto al jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
El artículo cuarto de la norma establece que el incremento pactado en la paritaria estatal “se extenderá a las retribuciones de las Autoridades Superiores de las Jurisdicciones, Entidades y Organismos del Poder Ejecutivo Nacional”, lo contrario a lo que disponía el mismo artículo del decreto 90/24, rubricado el 26 de enero por los mismos funcionarios y anunciado a los cuatro vientos como parte de la “motosierra contra la casta”.
Al igual que las dietas legislativas, los sueldos de la planta política del Ejecutivo pueden seguir o no la evolución de la paritaria de los estatales que negocia UPCN. En el caso del Congreso, la tradición que decidieron seguir Menem y Villarruel fue la que dispusieron sendas resoluciones de los titulares de ambas cámaras en 2011 y se mantuvo desde entonces bajo distintos signos políticos, pero que depende de la voluntad de los jefes del Senado y de Diputados.
Para los funcionarios del Ejecutivo con cargo de subsecretario para arriba, el decreto 90/24 estableció que el 16% de enero no se traslade a las remuneraciones. Pero Milei decidió que el 12% de febrero sí. Si se aplica a su propio salario bruto de diciembre ($4.066.018 divididos en un básico de $1.807.295 y un “complemento por responsabilidad del cargo” de $2.258.722), son $487.922 más. Una suba equivalente a casi tres salarios mínimos.