Según lograron establecer los investigadores del Área de Cibercrimen de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina (PFA), la organización criminal, que estaba liderada por un hombre de nacionalidad nigeriana aún prófugo, se dedicaba al ciberdelito y cuenta con células que operan alrededor del mundo, conocidos como «Black Axe».
Las detenciones se concretaron tras 19 órdenes de allanamiento firmadas el juez en lo Criminal 5, Manuel de Campos, quien ya había apresado en los últimos cuatro años a otras 58 personas que supuestamente conformaban la misma organización delictiva.
La investigación de la denominada «Operación Internacional Jackal», contó con la cooperación del FBI (Federal Bureau of Investigation) de Estados Unidos e integrantes de la Policía Nacional de España.
En el contexto de la lucha contra el crimen organizado, los pesquisas analizaron traducciones en idioma Igbo (dialecto utilizado en Nigeria) y lograron establecer que los delincuentes concretaban las estafas o extorsiones y, luego, distribuían el dinero en diferentes cuentas bancarias de otros miembros de la organización que oficiaban como «mulas», siendo luego extraído en diferentes entidades y transformados en criptoactivos.
Según las fuentes, los sospechosos concretaban las maniobras bajo la modalidad B.E.C. (Business Email Compromise), que consiste en que un ciberdelincuente se hace pasar por un ejecutivo de una empresa e intenta hacer que un empleado, cliente o vendedor transfiera fondos o información confidencial a una cuenta bancaria; o la modalidad «Cuento del Soldado Americano».
«El sistema de captación de mulas y el sistema de estafas es el denominado «soldado americano»; en el cual llaman por teléfono, hacen un perfil de la víctima para sacarles dinero o se hacen pasar por excombatientes que necesitan un depósito de plata. Son transferencias menores, se las pasan a cuentas que las manejan las ´mulas´ y que también han diseñado bancos propios donde traspasan el dinero», explicó el investigador en declaraciones a Télam.
La causa que tiene a su cargo el juez De Campos había comenzado en 2019 y ya cuenta con otras 59 personas imputadas, de distintas nacionalidades, entre ellas paraguaya, venezolana, boliviana, haitiana, dominicana y camerunés, entre otras.
En tanto, el líder de la organización, identificado por el apodo «Bobby» y de nacionalidad nigeriana, se encuentra prófugo aún, señalaron los pesquisas.
Las fuentes señalaron que tanto el FBI como la Policía Nacional española aportaron información a la investigación como la localización de cuentas en el extranjero y la existencia de otras células de origen nigeriano llamadas «Black Axe».
Se estima que la banda recaudó más de ocho millones de dólares con el que, según las sospechas de los pesquisas, financiaron la venta de drogas en el exterior y actos de terrorismo vinculados a grupos separatistas en Nigeria.
Durante los procedimientos se incautaron 30 teléfonos celulares, seis notebooks, un millón doscientos mil dólares apócrifos y documentación relevante para la causa.